Seguramente todos tenemos sabores y aromas de ciertas
comidas que nos llevan directamente a los recuerdos de nuestra infancia. En mi
caso uno de esos sabores especiales, son las masitas que hacía mi abuela
materna, Nélida Bonvín de Hauswirth. Se trata de unas masitas de origen suizo
llamadas Bricelet. Durante muchos años pudimos disfrutarlas. ¡Ponía largas
horas en prepararlas y desaparecían en un Santiamén!!! Ahora que me toca
prepararlas, cada vez que las hago me pregunto como hacía ella, con más de 80
años, para estar tantas horas parada frente a la cocina, en pleno verano, y hacernos sus riquísimos bricelet. ¡Creo que era amor de abuela!
Esos hermosos recuerdos, de aromas y sabores que seguro se repiten en muchas familias, me llevaron a producir un juego de té con bandeja que tienen el estampado de estas masitas bricelet. Una manera más de poder transportarse en el tiempo !!!
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